En la ciudad de Alta Gracia, un hombre que había sido condenado a dos años de prisión en suspenso por reiterados ataques violentos contra su pareja, recuperó la libertad y casi inmediatamente regresó al domicilio de la mujer para golpearla y amenazarla de muerte.
El fiscal de instrucción Emilio Drazile informó a los medios de prensa que el sujeto “fue detenido nuevamente, y en caso de que se compruebe esta nueva intimidación, la pena será efectiva y no en suspenso, por lo que tendrá que quedar en prisión”.
El caso ha despertado la atención periodística no sólo por la inmediatez entre recuperar la libertad y reincidir en la conducta violenta, sino también porque según la víctima “hubo desprotección por parte de la Justicia, dado que a ella no le informaron nada”.
Hace unos días se conoció la noticia del ataque del titular del INADI en La Rioja, Marcelo Lucero, a su esposa embarazada. El funcionario la habría rociado con combustible para prenderle fuego, provocándole quemaduras importantes en distintas partes de su cuerpo como el tórax, abdomen y los miembros inferiores.
En marzo del año pasado, en la localidad Rincón de los Sauces, provincia de Neuquén, Héctor Antonio Cortez, de 29 años asesinó “a mazazos” a su pareja Micaela Recchini, de 24. La Cámara Penal N° 1 de la ciudad de Neuquén condenó hoy a Cortez a 23 años de prisión por el homicidio simple de su pareja, ya que al no estar casados legalmente no pudo aplicarle el agravante por el vínculo, pese a los 9 años de relación, 6 de convivencia y 2 hijos en común.
Y podríamos seguir con la lista de casos, porque lamentablemente se repiten minuto a minuto los hechos de violencia familiar, como también se repiten las torpezas e ineficiencias de todo un sistema que hace muy poco por evitarlos.
Las víctimas son abandonadas y desprotegidas, no se receptan las denuncias, no se procede a investigar ni controlar las órdenes de restricción, no se realizan tratamientos penitenciarios efectivos ni seguimiento alguno de los condenados por estos delitos, y hasta en muchas ocasiones, como sería el caso de Alta Gracia, no se notifica a la víctima de la puesta en libertad de su agresor.
Pese a los seis proyectos presentados en el Senado y las tres iniciativas similares en Diputados, no se ha modificado aún el inciso 1 del artículo 80 del Código Penal que califica como homicidio agravado al cometido por el “cónyuge”. Con la reforma, podría aplicarse la prisión o reclusión perpetua a los crímenes cometidos por hombres o mujeres que hayan convivido en concubinato durante al menos cinco años.
Mientras inventamos distintas denominaciones, perdemos el tiempo en debates teóricos o estériles y el sistema parece dormir una siesta eterna, los casos de violencia de género y sus víctimas vulnerables siguen creciendo y son cada vez más.-
Artículos Relacionados:
“Maltrato infantil”.
“Si querés ver a los chicos, los vas a ver en el cielo”.
“El tiempo de la violencia”.
“Ese que prometió amarla y respetarla”.
“Esta clase de padres monstruos (II)”.
El fiscal de instrucción Emilio Drazile informó a los medios de prensa que el sujeto “fue detenido nuevamente, y en caso de que se compruebe esta nueva intimidación, la pena será efectiva y no en suspenso, por lo que tendrá que quedar en prisión”.
El caso ha despertado la atención periodística no sólo por la inmediatez entre recuperar la libertad y reincidir en la conducta violenta, sino también porque según la víctima “hubo desprotección por parte de la Justicia, dado que a ella no le informaron nada”.
Hace unos días se conoció la noticia del ataque del titular del INADI en La Rioja, Marcelo Lucero, a su esposa embarazada. El funcionario la habría rociado con combustible para prenderle fuego, provocándole quemaduras importantes en distintas partes de su cuerpo como el tórax, abdomen y los miembros inferiores.
En marzo del año pasado, en la localidad Rincón de los Sauces, provincia de Neuquén, Héctor Antonio Cortez, de 29 años asesinó “a mazazos” a su pareja Micaela Recchini, de 24. La Cámara Penal N° 1 de la ciudad de Neuquén condenó hoy a Cortez a 23 años de prisión por el homicidio simple de su pareja, ya que al no estar casados legalmente no pudo aplicarle el agravante por el vínculo, pese a los 9 años de relación, 6 de convivencia y 2 hijos en común.
Y podríamos seguir con la lista de casos, porque lamentablemente se repiten minuto a minuto los hechos de violencia familiar, como también se repiten las torpezas e ineficiencias de todo un sistema que hace muy poco por evitarlos.
Las víctimas son abandonadas y desprotegidas, no se receptan las denuncias, no se procede a investigar ni controlar las órdenes de restricción, no se realizan tratamientos penitenciarios efectivos ni seguimiento alguno de los condenados por estos delitos, y hasta en muchas ocasiones, como sería el caso de Alta Gracia, no se notifica a la víctima de la puesta en libertad de su agresor.
Pese a los seis proyectos presentados en el Senado y las tres iniciativas similares en Diputados, no se ha modificado aún el inciso 1 del artículo 80 del Código Penal que califica como homicidio agravado al cometido por el “cónyuge”. Con la reforma, podría aplicarse la prisión o reclusión perpetua a los crímenes cometidos por hombres o mujeres que hayan convivido en concubinato durante al menos cinco años.
Mientras inventamos distintas denominaciones, perdemos el tiempo en debates teóricos o estériles y el sistema parece dormir una siesta eterna, los casos de violencia de género y sus víctimas vulnerables siguen creciendo y son cada vez más.-
Artículos Relacionados:
“Maltrato infantil”.
“Si querés ver a los chicos, los vas a ver en el cielo”.
“El tiempo de la violencia”.
“Ese que prometió amarla y respetarla”.
“Esta clase de padres monstruos (II)”.