En un hecho policial que llama poderosamente la atención por sus características generales, roban a un empleado de la Casa Militar de la Presidencia 68.000 dólares y 17.000 euros, que el mismo había retirado de Secretaría General para solventar los gastos del viaje que Cristina Fernández realizará la semana próxima por Medio Oriente.
Según las informaciones periodísticas, Rodolfo Stefanon, quien se dedica usualmente a coordinar los viajes presidenciales, llevaba el dinero en una mochila y en momentos de arribar a su domicilio en el barrio de Palermo, fue interceptado por delincuentes en una motocicleta que lo despojaron del dinero.
El caso suena llamativo de por sí, hay muchos aspectos que pueden considerarse y que al menos, hasta hoy no encuentran explicaciones razonables ni lógicas, como por ejemplo, plantearse porqué un empleado militar retira el dinero para la gira presidencial con tanto tiempo de anticipación, o porqué lo lleva a su domicilio particular, circulando con el mismo en una simple “mochila”, cuando se trata de una cantidad razonable de dinero en monedas extranjeras.
La desprolijidad e imprudencia de este funcionario convierte un caso policial, como tantos que suceden minuto a minuto en nuestro país, en un hecho sospechoso al menos, porque no se entiende la falta absoluta de cuidados en el manejo de un dinero que en definitiva, es de todos nosotros, los argentinos.
Las autoridades deben explicar ahora los procedimientos que se emplean para el manejo de los fondos necesarios para cualquier viaje presidencial, y a los rumores de siempre sobre excesos en la cantidad y gastos de los acompañantes de la primer mandataria, deberán ahora sumar las explicaciones necesarias para que la ciudadanía pueda comprender cómo se maneja el dinero público en dichas giras.
Y a todo eso debe sumarse además, una profunda investigación para determinar si efectivamente hubo o no algún tipo de entregador o informante, ya que por las características del robo podría pensarse en que los delincuentes conocían de antemano el contenido de la “mochila presidencial”.
Mientras la transparencia que se espera en el uso de cualquier dinero público, pareciera paradójicamente brillar por su ausencia, la Tesorería de Secretaría General de la Presidencia deberá disponer de un nuevo importe para costear los gastos del viaje de Cristina Fernández por Kuwait, Qatar y Turquía. Eso sí, esperemos que el funcionario que lo retire no salga a pasear nuevamente con el mismo por las calles de la insegura Buenos Aires y si lo hace, no lo lleve en una mochila y sin ningún tipo de precaución, porque mientras ellos se llenan la boca hablando del crecimiento, la inflación bajísima, el boom de la producción y los beneficios de crecer a un ritmo nunca antes visto, a usted y a mí, nos roban hasta la mochila presidencial.-
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