La sociedad cordobesa se ha visto conmocionada en el inicio de esta semana por un caso de maltrato animal ocurrido en la ciudad de Villa Carlos Paz.
Según las informaciones periodísticas, una o varias personas por algún tipo de conflicto con la familia propietaria, habrían cuereado vivo a un perro “desde la cabeza para atrás”, según declaró la vecina denunciante.
El fiscal que está actuando en la causa, Ricardo Mazzuchi, afirmó a los medios de comunicación que está casi confirmado “que en el feroz ataque actuaron más de dos personas”, aunque se desconoce la manera específica en que se habría realizado el aberrante procedimiento.
Como consecuencia de las graves lesiones producidas y para poner fin a tremenda agonía, “Spike”, nombre que le habían dado sus dueños, debió ser sacrificado por profesionales de Seguridad Urbana.
Es muy difícil para quienes amamos a los perros encontrar palabras “publicables” para definir lo que sentimos frente a hechos de esta monstruosidad, y seguramente encontraremos más de un calificativo apropiado para el o los autores, pero es indispensable que entendamos como sociedad que el maltrato animal es un hecho delictivo grave y que debe ser sancionado como corresponde.
La irracionalidad y salvajismo de estos actos se contraponen paradójicamente a la benignidad de las previsiones legales hoy vigentes, por lo que es necesario legislar con carácter de urgente en la materia a fines de que se pueda castigar penalmente como se debe a quienes son capaces de cometer tan cobardes delitos.
Si consideramos que la conocida como Ley Sarmiento ha previsto para un caso como éste una pena que oscila entre 15 días y un año de prisión, y que difícilmente pueda hacerse efectiva, vamos a concluir que estamos frente a hechos que más allá del horror y espanto que producen, resultan impunes para nuestra organización judicial. Y eso es lo que más reacción provoca en una sociedad que ya está harta de la impunidad, el todo está permitido y el nadie paga ni es condenado por nada.
Como lo decíamos en nuestro artículo “El tiempo de la violencia”, “estamos transitando un tiempo que se caracteriza sin ningún lugar a dudas, por las manifestaciones de violencia en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, convirtiéndose en uno de los síntomas más significativos de este verdadero fenómeno. Es el tiempo de la violencia”.
El maltrato animal como acto violento en sí es francamente repugnante y estos casos, como todos los que se producen cotidianamente en nuestro país, nos pintan de pies a cabeza como un pueblo que está muy lejos de ser civilizado y organizado. Tan lejos casi, como de seguir afirmando que los humanos, somos de este reino, los seres racionales.-
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