Dos jóvenes de 19 y 20 años se encuentran detenidos en el Partido de La Matanza, provincia de Buenos Aires, por haber intentado asesinar al hijo de ambos minutos después de su nacimiento. Según las informaciones periodísticas, el hecho se habría originado el pasado sábado en la localidad de Isidro Casanova, donde la mujer sin ningún tipo de asistencia médica y sólo acompañada por su pareja, dio a luz un bebé de sexo masculino.
En base a las primeras investigaciones policiales, se ha informado que los jóvenes habrían intentado asesinar al bebé con siete u ocho cortes en su cuello, arrojando el cuerpito envuelto en una tela en un sitio descampado próximo al lugar del alumbramiento.
El macabro hecho empieza a descubrirse, cuando un móvil policial intercepta al joven caminando en la calle con una navaja y sus manos ensangrentadas, explicando “que había sido víctima de un asalto”. Luego, ante las manchas de sangre que presentaba también la mujer, la policía sospecha de un hecho de esta naturaleza, para lo cual inician la búsqueda con perros rastreadores quienes los conducen hasta el sitio baldío donde se encontraba el bebé.
La Dra. Celina Medina, responsable de la Guardia del Hospital Paroissien, declaró que la víctima “ingresó muy grave, con siete u ocho heridas cortantes, bastante profundas en su cuello e hipotermia severa”, agregando además que “se calcula que al momento del hallazgo el bebé tenía dos horas de vida”.
Según sus propias manifestaciones, los jóvenes se propusieron degollar a su hijo “porque los familiares de la joven embarazada no sabían de su estado”.
Resulta francamente difícil encontrar palabras para definir un hecho monstruoso y aberrante como éste, y mucho más aún me cuesta evitar los calificativos que se me ocurren para quienes son capaces de una conducta criminal y repugnante como la de estos jóvenes.
¿Qué clase de persona, o de monstruo mejor dicho, es capaz de provocarle cortes en el cuello con una navaja o cuchillo a su bebé recién nacido y tirarlo envuelto en trapos en un descampado?, ¿qué tipo de valores, educación y formación se les ha impartido a esos jóvenes para que actúen con tal criminalidad y desprecio por la vida de su propio hijo?.
Resulta evidente que debemos plantearnos como sociedad lo que estamos haciendo, porque en este caso como en tantos otros que ocurren a diario, comprobamos la falta absoluta de valores, el desinterés total, las desviaciones de todo tipo, el no respeto a la vida y la ausencia de los sentimientos más elementales y puros como el amor de una madre o un padre.
Mientras este bebé, en gravísimo estado, se debate entre la vida y la muerte, nos preguntemos como parte de esta sociedad, más allá de la impotencia y el dolor, por las verdaderas causas de este horror en su máxima expresión.-
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“Maltrato infantil”.
“Si querés ver a los chicos, los vas a ver en el cielo”.
“El tiempo de la violencia”.
“Los hombres del futuro”.
“Esta clase de padres monstruos”.
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La Dra. Celina Medina, responsable de la Guardia del Hospital Paroissien, declaró que la víctima “ingresó muy grave, con siete u ocho heridas cortantes, bastante profundas en su cuello e hipotermia severa”, agregando además que “se calcula que al momento del hallazgo el bebé tenía dos horas de vida”.
Según sus propias manifestaciones, los jóvenes se propusieron degollar a su hijo “porque los familiares de la joven embarazada no sabían de su estado”.
Resulta francamente difícil encontrar palabras para definir un hecho monstruoso y aberrante como éste, y mucho más aún me cuesta evitar los calificativos que se me ocurren para quienes son capaces de una conducta criminal y repugnante como la de estos jóvenes.
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